Si en el siglo XIX es ya notable la dirección que ha de seguir tanto la Patrología como la Patrística según sus respectivas visiones sobre el común objeto de estudio, las diferencias afloraron aún más cuando los diferentes autores que nos han legado ensayos, estudios, aproximaciones y reflexiones sobre el tema de la Patrología se ven obligados, por la exposición misma de sus argumentos, a redactar rápida y concisamente bajo qué criterios emprenderán su aproximación a la Patrología y bajo cuál perspectiva escribirán sus diferentes obras.
Entre los más notables contamos en el siglo XIX a Tixeront y Bardenhewer, quienes demarcan de manera más que efectiva lo que sería el derrotero posteriormente seguido por Quasten y su magnífica ‘Patrology’.
Bertram Otto Bardenhewer (München-Gladbach, 16 de marzo de 1851 – Munich, 23 de marzo de 1935) publicó su ‘Patrology‘ en 1894. Joseph Tixeront (1856-1925) publicaría en 1918 su ‘Précis de patrologie‘, que inmediatamente gozaría multitud de ediciones y traducciones; las hechas a lengua inglesa son las más difundidas.
Tixeront se cuestiona sobre los alcances mismos de la Patrología, preguntándose si ha de proveer elementos a la Teología Patrística, y respondiendo afirmativamente. Mas su afirmación no es una declaración de principios: argumenta que esto es algo idóneo, pero difícilmente conseguible. El método que ha observado incluso en Bardenhewer es el de insertar, al final del resumen hecho sobre las enseñanzas de cada Padre, una reseña de textos y estudios donde incluye diferentes ediciones sobre obras escritas por el Padre reseñado, y también aproximaciones y estudios sobre el mismo Padre y sus distintas obras. Tal método es consierado por Tixeront hasta cierto punto peligroso, ‘it would give a false -because incomplete- impression of each author’s doctrine’, dictamina.
Empero, y echando de ver también las dificultades entre la relación y disolución del trato entre la Patrología y la Teología Patrística -o Patrística a secas-, Bardenhewer estableció tempranamente los alcances de su Patrología, y cuál sería su postura al comenzar su trabajo. Citando in extenso:
“It is proper that in the future Patrology should develop along the line of scientific history, should grasp more firmly and penetrate more deeply its own subject-matter, should first digest, and then exhibit in a scientific and philosphic way, the mass of literary-historical facts that come within its purview. In other words, its office is no longer limited to the study, in themselves alone, of the writings of individual Fathers, or of individual writings of the Fathers; it must also set forth the active forces that are common to all, and the relations of all to their own world and their own time.”
Bardenhewer sabe que tal método conlleva un trabajo enorme, empero tiene a la vista la obra de Migne, quien con sus Patrologías dejó puesta la base sobre la cual se abordarían posteriores proyectos extensos de estudio, análisis, crítica y divulgación.
Tixeront redefine ‘this is what has happened to Nirschl, Fessler, Rauschen, and even Bardenhewer. Nirschl’s plan of citing at the end of each of his notices on the Fathers a few of their most important texts, has been taken up and scientifically realized by J. Rouet De Journel, Enchiridion Patristicum, Friburgi Brisgoviae, 1913. This work will abundantly supply what we omit’. Puntualiza Tixeront que dicha tarea no es imposible, sino simplemente poco práctica, inviable.
Tenemos entonces a Tixeront que retrocede ante la visión optimista y amplia de Bardenhewer, a quien considera entre quienes pudieran ofrecer visiones falseadas de la doctrina de los Padres no debidas a errores de pluma o discurso, sino por la insuficiencia de los argumentos y referenias empleadas, y decide ‘leave the teaching of the Fathers to the History of Dogma’. Continúa: ‘The two sciences cannot but gain by being studied separately. The most Patrology can do is to indicate, in the case of some of the Fathers, the points of doctrine they have best illustrated’.
Dicha ganancia y separación entre la Patrología y la Patrística, tal como se observa a casi un siglo de distancia, también resulta poco idónea tanto para emprender el estudio y análisis de una como de la otra: las grandes corrientes actuales que han desarrollado su plan de estudios y abarcan infinidad de detalles, dando cabida incluso a la hermenéutica y deconstrucción de textos para abordar el estudio de determinado Padre y doctrina, no son otra cosa que los esfuerzos por perserverar en la dirección propuesta por Bardenhewer quien, en efecto habló sobre el futuro de la Patrología, sentando las bases de lo que es la Patrología actual, cuyo más acabado modelo lo tenemos, claramente, en la ‘Patrología’ de Quasten.
Francisco Arriaga, México, Frontera Norte. 15 Septiembre 2009.