Opinion. Matan a 7 fieles tras misa de Navidad en Egipto.
Por SARAH El DEEB – EL CAIRO.
EL CAIRO (AP) — Tres hombres en un vehículo rociaron de balas a los fieles que salían de una iglesia en el sur de Egipto tras una misa para festejar la Navidad copta, matando al menos a siete personas, informaron el obispo y el Ministerio del Interior.
La agresión ocurrió en el pueblo de Nag Hamadi en la provincia de Quena, a unos 65 kilómetros (40 millas) de las famosas ruinas de Luxor. Un funcionario local de seguridad, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a los medios de comunicación, confirmó que siete personas murieron y otras tres estaban heridas de gravedad.
El ministerio dijo que el ataque ocurrido el miércoles justo antes de medianoche fue posiblemente una represalia por la violación en noviembre de una niña musulmana a manos de un cristiano en el mismo poblado. El comunicado dijo que los testigos han identificado al principal atacante.
El obispo Kirollos de la diócesis de Nag Hamadi dijo a la AP que fallecieron seis fieles varones y un guardia de seguridad. Dijo que había abandonado la iglesia de San Lucas apenas minutos antes de los disparos.
“Un automóvil en marcha viró bruscamente cerca de mí, así que usé la puerta de atrás. Al momento en que estrechaba las manos de alguien en la entrada escuché el caos, muchos disparos de metralla”, afirmó en una entrevista telefónica. Dijo que había cinco cuerpos tendidos en el piso la primera vez que observó el sitio del tiroteo, a unos 550 metros (600 yardas) de la iglesia.
El obispo dijo que estaba preocupado por la violencia en la víspera de la Navidad copta, que se celebra el jueves, debido a amenazas previas relacionadas con la violación de una niña de 12 años en noviembre. La Iglesia copta se rige por un calendario distinto al gregoriano.
El jerarca recibió un mensaje en su teléfono celular que decía: “Ahora es su turno”.
“Yo no hice nada con él (mensaje). Mis fieles también estuvieron recibiendo amenazas en las calles, y algunos les gritaron: ‘no les dejaremos tener festividades”’, señaló.
Debido a esas amenazas dijo que había terminado la misa de Navidad una hora más temprano.
Indicó que los residentes musulmanes de Nag Hamadi y otras comunidades cercanas provocaron desórdenes durante cinco días en noviembre y quemaron y dañaron propiedades de cristianos en el área después de la violación de la niña.
“Durante días había esperado que algo pasara en el día de Navidad”, dijo. El obispo manifestó que la policía le ha dicho que permanezca en casa, pues temen que haya más violencia.
Qena es una de las áreas más pobres y conservadoras de Egipto.
Los cristianos, en su mayoría coptas, representan aproximadamente el 10% de la población egipcia, un país predominantemente musulmán. A medida que los conservadores islámicos ganan terreno, la minoría cristiana se ha quejado cada vez más de sufrir discriminación.
Los choques entre musulmanes y cristianos no son inusuales en el sur de Egipto.
El obispo dijo tener una idea de quiénes fueron los atacantes y los llamó “musulmanes radicales”.
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La violencia religiosa suele ser despiadada, incluso más que cualquier otra forma de violencia impulsada por intereses meramente económicos o políticos. Y cuando se trata de ataques frontales mezclados con odio y desprecio, dichos ataques suelen generar por lo menos el deseo de venganza, deseo muy humano y válido al fin, aunque en el caso de nosotros, los cristianos, estemos llamados al perdón más que al ajuste de cuentas.
Esta disposición no ha de ser, en modo alguno, una puerta entreabierta que permita los ataques impunes, por el solo hecho de que ‘habremos de perdonar’ todas las injurias que recibamos. Si la religión y nuestra fe es algo que recibimos directamente en el seno familiar, también es innegable que formamos parte de sociedades bien definidas y delimitadas por constituciones y acuerdos políticos, y el ser humano -cuya vida ha sido gratuitamente dada por el Creador- nace como miembro de una sociedad y simultáneamente nace también como miembro de la familia que conforman sus correligionarios.
Por ello es indispensable que las instituciones humanas, los gobiernos y sus estatutos legales, aseguren y salvaguarden el derecho que tiene todo ser humano a gozar de los mismos beneficios, seguridad y protección, sin dejarse llevar precipitadamente por un anhelo o intenciones en contra de tal o cual credo: salvaguardar la vida del ser humano y su seguridad en situaciones difíciles son imperativos que no puede pasar por alto cualquier sociedad o institución política que se precie de ser ‘civilizada’.
Esperemos en el Señor que estas agresiones cesen, y que el perdón dejado cual mandato por ese Niño que recién nos ha nacido sea a la par que Bálsamo, Fuerza y Aliciente para seguir profesando nuestra fe, que es también la fe de nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros ancestros.
Elevemos una plegaria al Señor Recién Nacido por los hermanos en la fe que han muerto en este ataque, y pidamos al Señor que nos permita ser fuertes en la tribulación.
Francisco Arriaga.